Sermones sobre la 2ª carta a los Corintios

Vindicación del apostolado

Pedro Puigvert

 

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Vindicación del apostolado/ 2 Co. 12:11-19

Pablo había tenido una extraordinaria experiencia cuando fue arrebatado al tercer cielo y para que no se exaltase desmedidamente, le fue dada por el Señor una angustiosa prueba, un aguijón en la carne, de manera que si de algo pudiera jactarse sería en su debilidad. Había aprendido que por amor a Cristo se gozaba en sus debilidades de manera que cuando era débil entonces se sentía fuerte. Ahora, por unos momentos echa la vista atrás y confiesa que se ha hecho un insensato cuando a semejanza de sus detractores se había jactado o gloriado (11:16-18). Lo había hecho obligado por la actitud de los corintios, pues les correspondía a ellos dar la cara por el apóstol (BLP). Pero en vez de esto preferían hacer caso de los embaucadores, los judaizantes, que le despreciaban. De este modo, Pablo responsabiliza a los corintios de su proceder. Cuando le habían acusado falsamente, aquellos que se habían apoderado de la congregación, la iglesia en lugar de defender al apóstol se había callado. Pablo aporta la razón por la que debía haber sido alabado: en nada era inferior a los que se tenían por apóstoles (v.11).

    1. Las credenciales del apostolado (vv.12-13)
    En oposición a los que creían tener el derecho de ser reconocidos por la iglesia como dirigentes, Pablo señala las características que debía reunir quien pretendía ejercer la autoridad apostólica, lo que él menciona como señales de apóstol. El término apóstol tomado en general significa uno que es enviado para cumplir con una misión. Pero esta palabra tiene un sentido específico cuya designación solo incumbe a los doce más uno. Se da la circunstancia que ningún otro apóstol tuvo que defender su ministerio apostólico de sus detractores como tuvo que hacerlo Pablo, pero gracias a esto nos ha dejado unos principios para que nosotros podamos distinguir a un apóstol verdadero de uno falso. En la actualidad hay iglesias en que su dirigente es llamado apóstol y supuestamente les transmite palabra de Dios que dice recibir por revelación. Pero los apóstoles pertenecen al fundamento de la iglesia y no puede ponerse otro.
      1.1. Credenciales extraordinarias (v.12b). Notemos que los signos asombrosos que cita habían sido hechos entre los corintios, de manera que podían testificar de su autenticidad. No dice que los ha hecho él, sino que eran obra del Señor, puesto que él era solamente un instrumento. No habían sido realizados de manera precipitada, sino con toda paciencia. Hay dos palabras que se traducen por paciencia, la que Pablo emplea aquí expresa la paciencia ante la adversidad, lo mismo que en 6:4. La primera credencial son las señales: también tenemos dos términos que se traducen por señales; el que se usa aquí es para designar todo aquello que distinguía a una persona o cosas de otras. O sea, las señales de apóstol solo las podía hacer un verdadero apóstol. La segunda credencial son los prodigios: significa algo extraño, provocando que el observador se maraville; se emplea siempre en plural y se manifiestan como operaciones divinas. La tercera credencial son los milagros: en el original dynamis, poder, un término que se utiliza en la Biblia para designar las obras que tienen un origen y carácter sobrenatural que no pueden ser producidas por medios naturales. Las señales y prodigios son testificados en el libro de los Hechos. De las nueve veces que encontramos estas palabras, siete se refieren a los apóstoles en general y dos a Pablo en particular (2:19; 22;43; 4:30; 5:12; 6:8; 7:36/ 14:3,10,11; 15:12).
      1.2. Credenciales ordinarias. No están en este pasaje, pero sí en los escritos de Pablo, porque ningún otro apóstol tuvo que defender su ministerio. Pablo tuvo que probar:
        1) que había sido llamado por Cristo mismo y por Dios el Padre (Gá. 1:1).
        2) que no había recibido el evangelio de los hombres, sino por revelación de Jesucristo (Gá. 1:11-12).
        3) que había visto a Cristo resucitado (1 Co. 9:1; 15:8).
        4) Aquel que cree ser profeta o espiritual, debe reconocer que los escritos de Pablo son de inspiración divina y, por tanto su enseñanza es normativa (1 Co. 14:37).
        5) que el Señor había garantizado su misión apostólica de la misma manera que la de Pedro o de cualquier otro apóstol (Gá. 2:7-9).
        6) que su ministerio fue corroborado por medio de señales, prodigios y milagros (2 Co. 12:12).
      De esta manera Pablo nos dejó una descripción de los requisitos que debía reunir un apóstol de Cristo, requisitos que no reunían sus adversarios.
      1.3. Demostración de su apostolado (v.13). Pablo ha expuesto que no era inferior a ningún apóstol y, por tanto, la iglesia de Corinto tampoco era menos que las otras iglesias, porque el apóstol había sido su fundador, enseñador y edificador. Sin embargo, sí había una diferencia con algunas, él no quiso ser sostenido económicamente por los corintios. Parece percibir que esa referencia era un golpe bajo y por eso inmediatamente pide perdón.

    2. Hincapié en el apostolado (vv.14-19)
      2.1. Preparación de su visita a Corinto (vv.14-15). Una vez ha dejado clara su idoneidad apostólica, comunica su tercera visita a Corinto. Pero quiere que tengan en cuenta que les visitará, no para obtener dinero de ellos, como le acusaban sus críticos, sino que les buscaba para que se adhirieran a la misión que le había sido encomendada de predicación del evangelio. No tenía ningún interés en lo económico, porque su verdadero aliciente era que le apoyaran en su ministerio apostólico. Eso es algo que les ha ocurrido a muchos siervos de Dios, cuando hay hermanos que piensan de ellos que están en la obra de Dios para vivir ¡sin trabajar! Y en lugar de preguntarles e interesarse por lo están haciendo, es más fácil criticarles y levantar dudas sobre su labor ministerial. Lo que busca Pablo es la confianza de la congregación en relación con su apostolado. Había renunciado a ser sostenido por esa iglesia y expresa el motivo de su renuncia, con una ilustración: los padres deben ahorrar para los hijos y no los hijos para los padres (BLP). Como padre espiritual de los corintios, gastará gustosamente cuanto tenga, y por amor a ellos se gastará a sí mismo quemando sus energías y su salud, aunque ellos no le correspondan como es debido. Y pregunta: ¿Acaso por amaros yo tanto, me amaréis vosotros menos? (BLP).
      2.2. Réplica a los adversarios (vv.16-19). Quizás alguno pudiera pensar que, aunque no fue carga para la iglesia, lo hizo astutamente, haciéndoles morder el anzuelo (BLP). Sin embargo, les demuestra que pensar eso de él era erróneo, pues les había enviado a sus colaboradores y ninguno de ellos les engañó. Pidió a Tito que les visitara junto con otro hermano anónimo. ¿Les había explotado Tito? La verdad era que ambos estaban movidos por el mismo Espíritu y siguen los mismos pasos. Ni uno ni otro actuarían con engaño para obtener beneficios. Los corintios no debían pensar que Pablo estaba justificándose, sino que se había expresado delante de Dios defendiendo su honestidad. Lo que les decía era para su edificación, provecho y crecimiento espiritual.
Conclusión. Aparte del contencioso que tenía con la iglesia, lo que destaca de esta porción es la mención de las credenciales que muestran el apostolado.¿ Las tienen los que se llaman apóstoles en la actualidad?

 


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