Sermones sobre la 2ª carta a los Corintios

La integridad del creyente

Pedro Puigvert

 

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La integridad del creyente / 2 Co. 1:12-24
Entre los valores que el cristiano debe tener, hay uno que es sumamente importante: la integridad de su conducta, especialmente cuando empeña su palabra o simplemente cuando se compromete en hacer algo, debe cumplir con su responsabilidad. En el trasfondo de este texto, se halla el hecho de la acusación que algunos en Corinto formulaban contra el apóstol porque había prometido que les visitaría pronto y no había cumplido su palabra. Aquellos que dudaban de su sinceridad, falsamente le ponían en un aprieto, por eso el apóstol tiene que defender su ministerio de las desatinadas acusaciones de sus adversarios, porque de lo contrario su autoridad apostólica se vería gravemente debilitada y su ministerio afectado.

    1. La integridad debe poder ser demostrada (vv.12-14) En el caso del apóstol, se defiende de la acusación apelando al testimonio de su conciencia, la cual es su gloria, es decir, su jactancia, de haberse conducido en el mundo y sobre todo con los corintios con sencillez y sinceridad de Dios, o sea, con la sinceridad que viene de Dios.
      1.1. Con sinceridad (v.12) Esta palabra está muy devaluada, pero no debería ser así entre los cristianos, sino que como hace el apóstol, se atreve a decir que su conducta tiene la misma cualidad que Dios posee y actúa. La palabra sinceridad, viene de “sin cera”, lo que no tiene cera con que se tapaban los desperfectos de las cosas, viéndose tal cual son cuando se exponen a la luz. De ahí que Pablo se exprese con sencillez, no con sabiduría humana carnal, en contraste con la razón con que podría haber argumentado. Su defensa es con la gracia de Dios que ilumina la inteligencia, purifica el corazón y santifica los motivos.
      1.2. Con sus escritos (vv.13-14). El apóstol no ha variado su manera pensar expresada en su escritos, pues siempre ha dicho lo mismo y ellos lo saben porque los han leído y espera que lo entiendan. Puede que se refiera a la primera carta o también que no existe una segunda intención como ellos pueden comprobar, ya que Pablo es siempre el mismo. ¡Cuán importante es mostrarse tal como uno es sin doblez! También los corintios habían entendido que, en parte, no todos, podían sentirse satisfechos –gloriarse- de Pablo, como el apóstol lo estaba de ellos, a pesar de los problemas que le habían causado, para el día del Señor Jesús cuando se revelarán hasta las intenciones del corazón y la hipocresía no será posible.

    2. La integridad debe poder desmentir las críticas (vv.15-20) Ahora el apóstol entra de lleno en desmentir las falsas acusaciones de que era objeto, especialmente aquella relativa al incumplimiento de su promesa de ir a Corinto para visitarles.
      2.1. El deseo de Pablo (vv. 15-16). Confiaba en poder seguir un itinerario en que visitaría primeramente Corinto, luego pasaría por Macedonia y regresaría de nuevo a Corinto y desde allí ser encaminado por ellos a Judea. Su objetivo era que tuvieran una segunda gracia. Esta frase se refiere a su presencia por segunda vez entre ellos después de regresar de la visita a Macedonia. Expresa que su segunda visita hubiera sido una nueva bendición para ellos, pero por la razón que expone más adelante tuvo que cambiar de planes.
      2.2. Pablo desmiente ser una persona voluble (vv.17-20).
      Al cambiar sus planes, ¿actuó con ligereza? Lo niega radicalmente, pues no actuó manipulando las cosas de manera carnal. Él no era como los que un día dicen Sí y luego cambian de parecer diciendo No. O sea, como los que son veletas y van donde sopla el viento. El Sí y el No al mismo tiempo, sería una contradicción entre las palabras y la conducta, es decir, obrar según los impulsos de la vieja naturaleza. Esta defensa de Pablo nos recuerda la parábola de los dos hijos, cuando el padre les manda ir a trabajar a la viña, aunque con diferencias. El apóstol invoca la fidelidad de Dios como la fuente de su propia fidelidad tanto en sus palabras como en su conducta. ¿Podemos expresar nosotros lo mismo? ¿Cuándo decimos Sí es Sí y cuando decimos No es No? Seguidamente lo amplía a su predicación de Jesucristo y la de sus colaboradores, Si no fuera íntegro en su conducta, la predicación no sería eficaz y los oyentes no confiarían en lo que predica. ¡Qué importante es que la predicación esté respaldada por una conducta consecuente! El ejemplo supremo es Cristo en el cual no había ninguna sombra de contradicción y además todo el evangelio descansa en las promesas de Dios. La palabra de Cristo tiene absoluto cumplimiento, pues sus promesas son Sí y Amén, que expresan la certeza de su consecución.

    3. La verdadera razón de su demora (vv. 21-24)
      3.1. Confirmación en Cristo (vv.21-22). Si Dios en Cristo es la garantía infalible de su verdad, es también el que nos confirma en Cristo y el que nos ungió, término que se relaciona con Cristo, el ungido del Padre, pero cuya acción corresponde al Espíritu, con el cual Dios nos ha sellado, lo que viene a autenticar que le pertenecemos y además nos ha dado las arras, el anticipo de todo lo que nos ha prometido. Todas estas bendiciones son para el creyente un manantial de seguridad y consolación, pero debe serlo también para vivir de manera coherente nuestra profesión de fe, como genuinos hijos de Dios.
      3.2. El motivo del cambio de planes (vv.23-24). Ahora es cuando Pablo les expone los motivos que le indujeron a no ir a Corinto como les había dicho. No fue debido a una frivolidad o a una ocurrencia en un momento dado, sino que por amor a sus hermanos había aplazado la visita, siendo indulgente, ya que si iba debía corregir algunas cosas graves, mostrándose inflexible. Por consideración a ellos todavía no les había visitado, esperando que solucionaran los casos que le obligaron a escribir la carta que se ha perdido y que se conoce como “severa”. Para evitar malos entendidos, les hace saber que tanto él como Timoteo, no quieren enseñorearse de su fe, ya que en esta misma fe, ellos permanecen firmes. Está convencido que con su actitud no ha hecho otra cosa que contribuir al gozo de la iglesia.

Conclusión. La decisión de no ir a Corinto fue correcta ya que se hubiera encontrado con una situación de inmoralidad y probablemente se habrían abierto heridas de difícil curación. Su maestría en tratar conflictos en la iglesia, es todo un ejemplo. A veces hay que dejar pasar un tiempo para enfriar un ambiente conflictivo y atajarlo más adelante, como hizo Pablo. Tratar según que asuntos en caliente puede ser contraproducente. En nuestra vida cristiana debemos mostrar integridad y ser consecuentes, tanto en palabras, como en actitudes y acciones. No podemos decir Sí y No al mismo tiempo. El modelo lo tenemos en Dios, cuyas promesas son Sí y Amén.

 


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