El poder de las oraciones
Pedro Puigvert
Eliseo era un hombre de Dios excepcional. Su talla espiritual era muy alta. No solo por los milagros que hizo, sino porque era un hombre poderoso en la oración, como se pone de relieve en este pasaje. En consecuencia era un profeta respetado, tanto por el rey Joram, como por los enemigos de Israel.
Este relato narra las escaramuzas que se dieron en tiempos de Joram rey de Israel y Ben-hadad rey de Siria. Este maniobraba con sus bandas armadas para atacar a Israel, pero Eliseo advertía al rey para que tomara precauciones y supiera lo que pretendían los sirios. El rey sirio estaba desconcertado, y reunió a sus ministros en consejo porque pensaba que tenía un espía en sus filas que informaba a Israel. El responsable era Eliseo, al que los sirios conocían por la curación de Naamán. ¡Un profeta de Dios desbaratando los planes de los enemigos del pueblo!
El rey sirio mandó averiguar dónde estaba Eliseo para capturarlo y le informaron que estaba en Dotán, un lugar en la frontera entre las tribus de Manasés e Isacar, a unos 22 km. al norte de Siquem.
Aquí tenemos una paradoja: aquellos que deseaban capturar al profeta, finalmente serían ellos los capturados por este, y todo esto sin que hubiera lucha por medio.
Conclusión. El resultado fue que las bandas de sirios no volvieron a invadir el territorio, aunque más adelante el ejército sirio rodeó Samaria para tomarla.
El boletín de la iglesia con artículos, noticias, poesía y las actividades previstas es el período correspondiente. Su publicación es bimestral y se puede descargar