El profeta Ahías, profeta del reino dividido
Pedro Puigvert
En los reinados de David y Salomón, hubo dos personajes que son llamados videntes una sola vez. El primero es Sadoc, el sumo sacerdote y la mención de vidente debemos entenderla en el sentido de que podía consultar el Urim y Tumim como instrumento de revelación, El segundo es Hemán, el músico y como no se describe desempañando el ministerio profético, sino como vidente en relación con el culto, tampoco lo trataremos. El siguiente profeta es Ahías, que fue un profeta decisivo en la historia de Israel.
Se cita su origen llamándole silonita, es decir, procedía de la población de Silo que fue la primera capital del reino de Israel, durante 369 años. Asignada a la tribu de Efraín, se encontraba en el sur de la actual Cisjordania durante el período comprendido entre el asentamiento de las tribus en la tierra de Canaán y el establecimiento del reino de Israel. Durante este periodo fue su centro religioso. En este pasaje vemos que entró en contacto con Jeroboam, el primer rey del reino de norte, pero ejerció su ministerio durante buena parte del reinado de Salomón. Dios lo llamó a una tarea ingrata.
Es la segunda vez que se menciona un mensaje de Ahías para Jeroboam. Este estaba preocupado por la enfermedad de su hijo primogénito Abías y mandó a su mujer a ver el profeta con un subterfugio. Pero no le valió. Además el rey no había seguido los caminos de Yahweh indicados por Ahías, sino que había pecado gravemente y lo que obtuvo fue la profecía de que su dinastía no continuaría, pues su hijo moriría.
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