A este profeta se le nombra  en cinco ocasiones en la Biblia (1R. 16:1, 7;  en este pasaje, y en 2 Cr.19:2, 20:34). En cuatro de ellas su nombre se vincula al de su hijo Jehú que también era vidente. No confundamos a este con el rey Jehú, que fue el décimo soberano del reino del norte (Israel). Debía ser muy conocido en su tiempo porque cuando se menciona a su hijo se hace con referencia a su padre Hananías. Si tenemos en cuenta que no es habitual citar a un profeta de este modo, podemos deducir que Hanani fue un vidente muy importante en su época.

1. La persona del profeta (v.7)

Igual que Iddó y Gad, se identifica a Hanani como vidente, nunca como profeta.  Lo que dijimos en su día de los dos primeros es válido también para Hanani. Su ministerio consistió en recibir revelaciones de Dios y comunicarlas. Como sucedió con su predecesor Azarías solamente ha quedado registrado un solo mensaje y también al mismo rey Asá de Judá, únicamente que a diferencia del otro, el suyo fue un mensaje de condena por lo que había hecho. Otra característica  de este profeta es que su mensaje se centra en Dios destacando el atributo de su omnisciencia (v. 9).

2. La situación de Judá en la época del profeta (vv.1-6)

Como hemos indicado, el único episodio en que se le menciona ejerciendo su ministerio es en este lugar cuando reprendió al rey Asá.

1. El conflicto con Basá rey de Israel (vv.1). El rey del norte había llegado a Ramá, al sur de su reino en la zona fronteriza con Judá, para fortificar la ciudad y poder controlar de este modo todo el comercio de las caravanas que venían del norte y se dirigían a Jerusalén, la cual estaba cerca de dicha frontera, expresado por la frase no dejar salir ni entrar a ninguno.
2. La reacción de Asá (vv.2-6). El rey, quiso evitar el proyecto de Basá, y le propuso una alianza con el rey de Siria ofreciéndole tesoros que pertenecían al templo de Jerusalén y a la casa real. El plan consistía en que Ben-hadad atacase el norte de Israel y Basá se viera obligado a marchar hasta allí para defenderse del ataque y abandonar la fortificación de Ramá. Y así sucedió, con buenos resultados, pues además los de Judá se apropiaron de los materiales que los del norte habían acumulado allí y los usaron para edificar dos ciudades en la frontera que sirviesen de defensa en caso de contienda. Todo esto provocó el orgullo del rey, cuya estrategia había triunfado, pero no contaba que hay un Dios en los cielos que contempla todas las cosas.


3. La reprensión divina al rey por el profeta  (vv.7-9)

Interviene Dios enviando al profeta Hanani para reprenderle, cuando el rey esperaba ser elogiado. El motivo es el mismo en que incurrieron muchos reyes: en lugar de apoyarse en Dios, pusieron su confianza en la fuerza de un rey extranjero pagano. Asá había actuado de manera insensata, como cualquiera que cuando tiene problemas, no confía plenamente en Dios y busca la ayuda en personas y fuerzas que no convienen, pues las consecuencias serán peores. Para Judá significaba estar en continua guerra, ya que se obligó a ponerse a disposición de un rey extranjero.           

4. Represalia al profeta por el rey (v.10)

Como resultado del mensaje al rey, Henani fue echado en la cárcel. El predicador fiel a la Palabra de Dios corre riesgos, como el de este profeta. Eso sigue en la actualidad, incluso en países llamados democráticos, cuando quieren amordazar la Palabra de Dios y que no se predique sobre algunos temas.

Conclusión. Obedecer y consultar a Dios es esencial para el cristiano fiel.