Estudios bíblicos

Los profetas menores

El profeta Jonás

Pedro Puigvert

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Jonás

El nombre hebreo Yônâh significa paloma. A este profeta solamente se le cita en todo el AT, aparte de aquí, en 2 R. 14:23-27. Por este texto sabemos que predicó en el reino de norte, Israel, durante el reinado de Joroboam II, lo que nos permite pensar que vivió en torno al año 780 a.C. De este texto se desprenden tres datos importantes:

a) Jonás es un verdadero siervo de Yahweh y un profeta auténtico. Contra todo pronóstico humano, en un momento crítico de la historia del pueblo, se cumplió la palabra de Yahweh pronunciada por Jonás en cuanto a la restauración de los límites de Israel;

b) Jonás desarrolló su labor profética en circunstancias deplorables, bajo el mandato de un rey corrupto, el cual no menos que su padre, hizo pecar a Israel;

c) el pueblo sumido en una grave decadencia moral y espiritual, solo fue salvado de la destrucción por la expresa providencia de Dios.

Aunque el libro de Jonás forma parte de los libros proféticos del AT, no es igual que los otros. Por un lado es la narración de los incidentes sucedidos en el curso de la vida del profeta, es decir, se trata de un relato biográfico. Por el otro, parece que no lo haya escrito Jonás, pues el relato está formulado en tercera persona. Sin embargo, esta circunstancia no es de suficiente peso para negarle la autoría, porque "si bien el autor no se refiere a sí mismo en la primera persona, ello no debe sorprender a nadie, pues Moisés se refirió a sí mismo en la Torah en tercera persona, al igual que Jenofonte en su obra Anábasis y Julio César en Guerras Gálicas".   El mensaje del libro es muy corto (3:4).  Jonás tuvo que aprender quelos gentiles también entran en los planes salvadores de Dios. El profeta, tiene que proclamar un mensaje de parte de Dios a un pueblo gentil, para que se arrepienta y no sea destruido, lo que para un nacionalista judío como él se le antojaba una locura y por eso pretendía escapar de la misión que había recibido de Dios. Jonás huye lejos de la presencia de Yahweh, como Adán después de pecar; el profeta es un buen ciudadano ya que paga su billete del barco que se dirige a Tarsis, no se cuela de polizón. Baja al interior de la nave y se echa a dormir, así le ocurre al creyente que huye de su responsabilidad de anunciar el mensaje de Dios. El capitán le despierta a voces y los marineros le echan al mar: Dios no puede ser burlado. Después de su extraordinaria experiencia en el vientre del gran pez, no fue a Nínive arrepentido, sino en contra de su voluntad. No toleraba la idea de que los ninivitas pudieran salvarse. El profeta huyó porque era y seguía siendo un nacionalista cerrado, egoísta y vengativo. Su actitud hacia la calabacera así lo demuestra.   

  • Su estructura
    • El profeta desertor (1:1-2:1)
    • El profeta  agradecido (2:2-11)
    • El profeta obediente (3:1-10)
    • El profeta endurecido (4:1-11)

Esta estructura corresponde casi exactamente a los cuatro capítulos del libro. 

  • Sus características 
    • La experiencia de Jonás. A muchas personas se les antoja que la experiencia de Jonás en el vientre del gran pez  (1:16-2:1) es una leyenda, porque es imposible sobrevivir en su vientre. No sabemos, en realidad, de qué clase de monstruo marino se trataba. El más grande todos es la ballena y en su vientre cabe perfectamente una persona de pie. Además, no podemos pasar por alto el hecho milagroso de la experiencia. Los que niegan que tal hecho haya podido existir, piensan que es preferible considerar el libro como una parábola más que un hecho real. Así el mensaje sería lo que contaría y no el gran pez. Por otro lado, habría que reconocer la diferencia entre esta parábola y las demás, pues Jonás figura como un personaje real y no imaginado. La oración de Jonás en el vientre del gran pez es uno de los textos más insólitos de la literatura bíblica. Se trata de un salmo de angustia, de invocación y de salvación. Pero al mismo tiempo es un salmo que está en sintonía con muchas oraciones que encontramos en el AT. Por ejemplo, la oración de Ana (1 S. 2:1, 6). Varias oraciones de David (Sal. 18:1-2, 4-6; 42:7-7,11; 69:1-2, 7-9, 14-15, 30; 88:1, 4-8, 13-18). El lamento de Jeremías (Lm. 3:1-2, 7, 25-27, 53-58). 
    • El testimonio de Jesús. Además, Jesús no tuvo ninguna reticencia en tomar a Jonás y su experiencia, cuando la compara con su resurrección,  con este acontecimiento (Mt. 12:39-41). Si Dios es el Señor de su creación, que constituye una parte del mensaje del libro, nada le impide dirigir los eventos tal como están descritos en este libro.
  • Su mensaje 

Jonás tenía una misión transcultural que cumplir, es decir, a otra nación y otra cultura:

    • Llamamiento a la misión (1:1-2). Jonás es un ejemplo que Dios en el AT no esperaba solamente que los gentiles fueran atraídos por el culto del templo de Jerusalén, sino que también tenía interés misionero por otros pueblos. El profeta tiene su historia como cualquier ser humano, pero esta no adquiere importancia hasta que recibe la llamada de Dios a servirle. Esta es concreta, Jonás tenía que ir a Nínive, capital de Asiria, una gran ciudad para pregonar contra ella un mensaje condenatorio debido a su maldad y evitar su destrucción. Era una nación enemiga de Israel y si se arrepentía el pueblo de Dios se vería libre de peligro. Se trata de un llamamiento directo de Dios. La frase vino palabra de Yahweh, aparece en 112 ocasiones en el AT, siempre en el contexto de la revelación profética. Por un lado es un texto histórico y por otro un mensaje revelado por Dios, siendo una expresión habitual en algunos profetas (cf. Jl. Miq. Sof. Hag. Zac. y Mal.). Aunque el llamamiento es para el profeta incluye instrucciones sobre el mensaje que debe proclamar. Por el v. 1 sabemos que era hijo de Amitai y por el texto de 2 Reyes aprendemos que nació en Gat-hefer, población que según Jos. 19:13, se encontraba en tierra de Zabulón en Galilea; en la actualidad  se identifica con Quirbet ez - Zurra, a unos 5 km. de Nazaret. Los fariseos, le dijeron a Nicodemo que escudriñara y vería que de Galilea nunca se había levantado profeta (Jn. 7:52), olvidándose de Jonás. Posiblemente fue contemporáneo de Amós y Oseas. Levántate y ve, no es una simple orden de ponerse en pie y marcharse, sino que tiene un sentido de urgencia, como si dijera vete en seguida. Jonás no es el único profeta de Israel que tenía que anunciar un mensaje a naciones extranjeras, tenemos también los casos de Abdías, Nahum, Jeremías, Isaías y Amós. Pero Jonás se distingue de ellos porque es el único que tuvo que predicar en el mismo lugar al que iba destinado el mensaje. Tenía que ir a Nínive, la capital del imperio asirio, una de las ciudades más importantes del mundo antiguo. La frase sobre su extensión, tres días de camino, no se refiere a la ciudad amurallada, sino a la Gran Nínive, es decir, toda su área metropolitana. Tanto esta mención como el número de habitantes, más de ciento veinte mil, corresponden a lo que los arqueólogos nos dicen acerca de su tamaño. En el v. 2, leemos que tenía que predicar un mensaje de denuncia (contra) que en este contexto equivale al anuncio de un mensaje de juicio. La causa por la que Dios envía al profeta a Nínive es su maldad, pero no sabemos las formas que tomaba esta maldad. La palabra hebrea traducida por maldad, puede significar dificultad o calamidad, pero es preferible traducirla por maldad. De todos modos sabemos que los asirios se caracterizaban por su cruel opresión a otros pueblos y por su ferocidad a la hora de eliminar otras culturas y religiones.    
    • Huida de la misión (1:3-17). Jonás se levantó, pero para huir.   Estaba renunciando a su ministerio profético para no obedecer un mandato no deseado. Huir del deber es irse, conscientemente de la presencia de Dios. Pero él, no era un ignorante, sabía que Dios es Omnipresente y lo que lo pretendía era imposible. ¿Conocería el salmo de David? (139:7-10). Seguramente. Con tal de no cumplir con su misión es capaz de sacrificar su ministerio e incluso su relación con Dios. ¿Vivimos nosotros en la presencia de Dios, acatando su voluntad y cumpliendo el ministerio que nos ha ordenado?  Dios no se lo impidió de momento, dándole tiempo para que pensara en la opción tomada. Es verdad que su empresa era difícil, tenía que recorrer unos 900 kilómetros y el viaje estaba lleno del peligros y Asiria era un país enemigo de Israel. Nínive era una ciudad grande y rica. ¿Qué podía hacer un solo hombre frente a una ciudad llena de maldad donde el pecado era algo habitual? Y si se arrepentían, él sería visto como un mal patriota por  haber salvado a sus enemigos. No sabemos donde estaba exactamente Tarsis, pues varios lugares del mundo antiguo llevaban este nombre. Sin embargo, si pretendía huir tan lejos como pudiera y en dirección contraria a Nínive, la identificación más probable es Tartesos, en la desembocadura del Guadalquivir, famosa por sus riquezas minerales (Jer. 10:9, Ez. 27:12). Partió de Jope, una pequeña población portuaria de la costa mediterránea, donde había una nave que iba para Tarsis, con el detalle: pagando su pasaje. Huía de su misión, pero cumplía con sus deberes sociales.
      • En el v. 4 vemos la intervención de Dios. Hasta aquí parece que todo se estaba desarrollando según los cálculos que el profeta había hecho. Literalmente, dice que Dios arrojó un gran viento al mar. Este mismo verbo se encuentra en los vv. 5, 12, 15. El énfasis de la  frase está en que la tempestad no fue un acontecimiento habitual de la naturaleza, sino una obra de la providencia divina. La Biblia se refiere muchas veces al control que Dios tiene de la naturaleza (Éx. 10:13-19, Nm. 11:31, Job 26:12, Sal. 3:7, 89:9, 104:3-4, 107:23-30, 135:6-7, Pr. 30:4, Is. 50:2-3, Jer. 49:32,36, Am. 4:13, Nah. 1:3-4) (cf. Mt. 8:27). El v. 4 se divide en tres partes: En la primera Dios levanta un viento, en la segunda el viento causa una gran tempestad y en la tercera, la tempestad pone en peligro la nave. La lección es clara: Nadie puede desafiar a Dios impunemente. Si desobedecemos el llamamiento de Dios, preparémonos para la tormenta que seguramente vendrá.
      • *En el  v. 5 tenemos las reacciones contrastadas que no se aprecian bien en RVR60: Los marineros,
          • tienen miedo;
          • claman a sus dioses;
          • echan al mar sus enseres.

Jonás,

          • baja al interior de la nave;
          • se acuesta;
          • se duerme. Y temieron los marineros y clamaron cada cual a su dios y arrojaron los enseres que había en la nave, a la mar, para aligerar de sobre ellos. Empero Jonás había descendido a los fondos de la nave y se acostó y se sumió en sueño. (Traducción del hebreo en Masuah.).

Aquí se aprecia la simetría entre los marineros y Jonás. Se cree que la nave era de origen fenicio, pero los marineros procedían de diversas naciones, pues cada uno oraba a su dios. El fondo de la nave es la bodega o almacén del barco que en aquel tiempo en los barcos de carga colocaban a los pasajeros. En la Septuaginta dice que Jonás roncaba, que es una interpretación cuando menos jocosa.

      • El v. 6 dice literalmente: Empero se acercó a él el capitán y le dijo: "¿Por qué estás sumido en sueño? Levántate, invoca a tu Dios.; tal vez sea grato Elohím para nosotros y no nos perdamos". Si lo comparamos con la frase ¿Qué tienes dormilón? de la RVR60 es ridícula, porque no hace justicia a la urgencia e indignación que expresa el texto hebreo. No le hizo una gracia, sino que le pegó una bronca. Es curioso ver como un pagano insta a un siervo de Dios a la oración. Dios le había dicho a Jonás que se levantara y pregonara y ahora es un pagano el que le ordena, pues son los mismos verbos que en el v. 2. ¿Sabía el capitán de la nave que el Dios de Jonás era Yahweh? Como cada uno tenía su dios, fue más bien una petición generalizada, ya que usa Elohim y no Yahweh, puesto que atribuían la tormenta a alguna divinidad.  
      • En el v. 7 destaca la costumbre del mundo antiguo de echar suertes para descubrir al responsable de alguna situación (cf. Jos.7:16-21). El término hebreo significa piedrecillas que tenían un lado oscuro y otro claro. Se tiraban en parejas y si caían por el lado oscuro, entendían que la respuesta de los dioses era negativa y por el claro es que era positiva. Si salía una de cada, no había respuesta. No sabemos como lo hicieron, lo que vemos es que la suerte recayó en Jonás (cf. Pr. 16:33). Dios se manifiesta como soberano de los acontecimientos.
      • El v. 8 dice literalmente: "Le dijeron a él: "Dinos por favor a nosotros, por quién nos ha sobrevenido este mal a nosotros? ¿Cuál es tu trabajo? Y ¿De dónde vienes? Cuál es tu país? y, De qué pueblo tú eres?". En aquel tiempo nadie viajaba por placer, pues lo corriente era que los viajeros fueran comerciantes. Las preguntas iban en la dirección de decirle: ¿Qué haces en este barco?¿Por qué viajas? En el fondo hay una acusación contra él ya que es el culpable de la situación. Las preguntas tienen también una intención religiosa. Para los paganos, cada territorio estaba gobernado por un dios y ese era el camino para saber quien era la divinidad ofendida.
      • El v. 9 dice: Y les dijo a ellos: "Hebreo soy yo y a Yahweh, el Dios de los cielos, yo venero, el que hizo la mar y la tierra seca". Notemos que se identifica como hebreo, un término que usaban los israelitas en presencia de extranjeros (cf. Gn. 40:15, Éx. 1:19, 3:18). Jonás podría haberse llamado israelita, pero en aquel momento la palabra se asociaba con los habitantes del reino del norte y  prefiere  usar el término que engloba a todo el pueblo de Dios. Además, al mencionar que teme o venera a Yahweh, está diciendo que él no es de aquellos israelitas que siguen dioses paganos. Por si acaso ellos no supieran quien era Yahweh, les aclara que es el Dios Creador, el que tiene todo el  poder y como tal ha desencadenado aquella tormenta. Esta es la confesión de fe del profeta en el Dios Omnipotente y Creador.
      • En los vv. 10-11 leemos: Experimentaron los hombres un gran temor, y le dijeron a él: "¿Qué es esto que has hecho?"; pues supieron los hombres que de ante Yahweh él huía, cuando él se lo hubo dicho a ellos  le dijeron a él: "¿Qué te habremos de hacer para que se nos aquiete la mar?, pues la mar se embravecía. Aunque eran paganos tenían un sentido muy alto de sus obligaciones a sus dioses y se espantaron, un temor que fue en aumento. Más que preguntarle los motivos para encolerizar a Dios, le reprochan su conducta por haberlos involucrado a ellos poniéndolos en peligro. ¿Cómo explicarles que huía de Dios porque no quería que este tuviera misericordia de los gentiles? Los marineros actuaban como su conciencia les dictaba. La confesión de Jonás no produjo el fin de la tempestad; es más, el mar se embravecía. Es un principio bíblico que la confesión no es suficiente para perdonar pecados, hace falta un sacrificio.
      • 12. Les dijo a ellos: "Alzadme y arrojadme a la mar, para que se os aquiete la mar a vosotros, pues sé yo que por mí causa, el gran temporal este, os ha  sobrevenido.
      • 13. Empero habían remado los hombres para hacer volver nave hasta la tierra, y se embravecía para ellos.   Estas son palabras de un hombre que afronta el problema en que se ha metido con valentía. Confiesa su culpa y se ofrece como víctima para que los marineros no mueran. El que no quería cumplir su misión de anunciar el juicio de Nínive y que se salvasen, ahora se entrega a la muerte para otros gentiles se salven. En vez de "tomadme", el verbo es literalmente alzadme o levantadme. Esta frase hace referencia a los vv. 4 y 5 en donde encontramos que Dios hizo levantar un gran viento y los marineros echaron al mar los enseres, pero hacía falta arrojar una víctima mejor. Jonás no se suicida, sino que son los marineros los que le echan al mar. En estos vv hay aspectos paralelos entre Jonás y Jesús: 1) los esfuerzos no sirven para salvarse, hace falta una víctima; 2) Cristo puso su vida para salvar también a los gentiles. 3) Cristo fue levantado en el acto de su muerte (Jn. 3:14-15). 4) Cristo, como Jonás puso su vida  y fue entregado a los gentiles para que lo ejecutaran (Mt. 20:19, Mr. 10:33). Claro que hay diferencias entre Jonás y Cristo, pero en lo relativo al alzamiento, muerte, resurrección  y proclamación del evangelio a los gentiles, el profeta es un tipo de Cristo, como anticipación y señal del Señor.
      • *v. 14-16.  Invocaron a Yahweh y dijeron: 'Te rogamos Yahweh, que no perezcamos por la vida del hombre este, y no nos imputes a nosotros sangre inocente, ya que tú, Yahweh, como has deseado, has obrado". Alzaron a Jonás y lo arrojaron a la mar y amainó la mar de su furor.  Mas experimentaron los hombres un temor grande ante Yahweh, ofrecieron sacrificios a Yahweh y formularon votos. En la Biblia hebrea, el v. 17 pasa a ser el primero del capítulo segundo. Por primera vez, aparece el nombre de Yahweh en boca de los marineros. Aquí debemos notar que el verbo "clamar" no es el mismo del v. 5, sino otro que se asocia a las oraciones de Jonás (1:6, 2:2). Esta diferencia tiene como objeto señalar que no es lo mismo cuando la oración va dirigida a Dios que cuando se dirige a un ídolo.  En la oración, los marineros identifican a Dios por su nombre personal y le reconocen como autor de la tempestad. En segundo lugar, se someten a su soberanía: Dios ha obrado como ha deseado (Sal. 102:9-11; 115:3; 135:16)). Es sorprendente leer estas palabras  pronunciadas por paganos. Impotentes para acercar la nave a tierra, después de invocar a Dios echaron a Jonás al mar como este había pedido. Da la impresión que el mar se calmó de manera instantánea y eso nos recuerda Mr. 4:39. Los votos de los marineros y el sacrificio que ofrecieron tuvieron lugar cuando llegaron a tierra. No podemos afirmar de manera dogmática que los marineros se convirtieron al Señor, pero el temor, los sacrificios y los votos nos dan pie para pensar que estaban muy cerca. La frase "experimentaron un temor grande" tiene un sentido semejante a "creer en Dios de verdad". En un sentido, creían, porque al ser politeístas añadían a su panteón a todos los dioses.                  

Preguntas para reflexión

  • ¿Cómo es nuestro interés misionero por otros pueblos?
  • ¿A qué te ha llamado Dios? ¿Cómo has respondido a este llamamiento?
  • ¿Cómo obedecemos al mandato de levantarse e ir a donde el Señor nos diga?
  • Tenemos un mensaje que predicar y podemos hacerlo en nuestro medio, ¿Cómo lo llevamos a cabo?
  • ¿Por qué huimos muchas veces de la misión de predicar el evangelio o testificar?
  • Huir de la misión y dormirse son acciones correlativas. ¡Cuidado!
  • Jonás era un profeta con una buena doctrina, pero desobediente a Dios.
  • ¿Qué idea tenemos de la soberanía de Dios?
    • La oración de Jonás (2:1-10).  

2. Y oró Jonás a Yahweh su Dios, desde las entrañas del pez.

3. Dijo: "Invoqué desde mi angustia a Yahweh, y me ha respondido. Desde el vientre del abismo, clamé y has oído mi voz.

4. Me arrojaste a la profundidad en el corazón de los mares, y la corriente me ha circundado, todas tus olas y tus ondas sobre mí han pasado.

5. Pero yo había pensado: Fui expulsado de ante tu presencia, empero volveré a contemplar el atrio de tu santidad.

6. Me habían rodeado las aguas hasta el alma, el abismo me había cercado, las algas se habían enredado a mí.

7. Hasta las raíces de las montañas había descendido; la tierra, con sus cerrojos, me había encerrado para siempre, mas hiciste subir de la fosa, mi vida, Yahweh, Dios mío.

8. Cuando se desvanecía en mí, mi alma, a Yahweh yo recordé, y llegó hasta ti mi oración, hasta el atrio de tu santidad.

9. Los que conservan cultos de vanidad, su bondad habrán de abandonar.

10. Empero yo con clamor de gratitud te ofreceré sacrificios. Los votos que formulé, yo cumpliré. La salvación es de Yahweh'.

11. Dijo Yahweh al pez y vomitó a Jonás a la tierra firme.

Esta oración es singular y única. Por el lugar,  las circunstancias y el desenlace. A veces hay que tocar fondo para subir a la superficie. Como escribió un comentarista: "nada te aproxima más a la gracia que la desesperación. Dios no está nunca más cerca de nosotros que cuando parece que nos abandona y del mal más horroroso saca el bien más excelente". Curiosamente, en el texto hebreo, el gran pez de 1:17 es macho, mientras que el de 2:2 es hembra. Los especialistas dicen que este cambio es normal en el uso narrativo y poético. El gran pez no fue un instrumento de juicio, sino de salvación. La oración está expresada en forma poética en un salmo y consta de tres partes y una conclusión:

      • Invocación y confesión (vv.1-5).El término entonces sugiere que Jonás oró hacia el final de su estancia en el gran pez. La oración es fruto de tres días y tres noches de oscuridad donde tuvo ocasión de meditar sobre su rebeldía, la tempestad y la salvación por el gran pez. Las dos frases iniciales son paralelas y sinónimas. Su clamor es fruto de la angustia por la horrible sensación física de ahogo y el espanto de la muerte; pero también fue la desazón espiritual por sentir el abandono de Dios, aunque se asombra del hecho de que él le haya oído. Mediante una asociación de ideas, para Jonás era como estar en la región de los muertos, el Sheol. Jonás es consciente de estar fuera de la presencia de Dios, lo que no deja de ser una paradoja porque ¡es lo que buscaba! Pero una cosa es que tú la busques y otra que sea Dios el que te eche. Esto le aboca a la confesión que nunca más verá el templo de Dios (NVI). Se trata de un grito de desesperación. Las aguas estaban amenazando su vida. En medio de la situación de agobio como si estuviera enterrado en vida (v.6) se abre una luz a la esperanza que tiene su fundamento en dos pilares:
      • El Señor y la oración (vv.6-7). Cuando creía que se hallaba al límite, Dios interviene para salvarle. Dios le ha rescatado de la misma muerte que veía tan cercana, que expresa su liberación en términos de resurrección (levantaste mi vida). La similitud de la experiencia de Jonás y la de Cristo podemos verla con claridad aquí, pues  lo que Jonás sintió de manera figurada, Jesús lo experimentó en la realidad porque tuvo que pasar por la muerte y Jonás no.  Se desprende que en el último momento Jonás clamó al Señor para que le salvase. Como creyente del AT, Jonás sabía que podía encontrar a Dios para orar a él en el templo. Sin embargo, también sabía que Dios es Omnipresente y que podía escucharle en cualquier lugar que le elevase una oración. La referencia aquí es al santuario celestial (el atrio de su santidad)  no al templo de Jerusalén.
      • Alabanza (vv.8-9). En la tercera división del salmo, después de describir su experiencia de salvación, saca conclusiones con relación a los incrédulos, a sí mismo y a Dios. Expresa su gratitud, no basta responder a la salvación de Dios con alivio. Exige la acción de gracias en contraste con los que siguen vanidades, los que conservan cultos de vanidad, es decir las prácticas idolátricas (Sal. 31:6); la misericordia o bondad se refiere a la de los paganos; ellos abandonan a Dios que es bondad. Obediencia. Jonás  ha adquirido un compromiso y lo cumplirá. Finalmente,  Dios controla todas las cosas y de manera explícita leemos que el gran pez vomitó a Jonás en tierra firme. Jonás fracasó con la evasión y ¡a volver a empezar!

Preguntas para reflexión

  • ¿Qué elementos de la oración de Jonás pensamos que nos faltan?
  • ¿Hemos sentido la sensación de impotencia cuando oramos?
  • ¿Qué nos enseña el hecho de que Dios intervenga cuando quiere y como quiere y no cuando Jonás lo esperaba?
    • La renovación del llamamiento (3:1-10). Dios le da una nueva oportunidad, como Jesús se la dio a Pedro después de haberle negado. La obra todavía estaba esperando y el profeta estaba mejor preparado para llevarla a cabo. Jonás sabía que era más peligroso desobedecer a Dios que llevar a cabo la misión, aunque tuviera que estar solo en medio de un pueblo cruel denunciando su impiedad y su castigo. Los hombres de Nínive creyeron a Dios porque la fe es obediencia a la palabra de Dios. Esta es la fe que salva precedida por el arrepentimiento que manifestaron por unas acciones externas.
            • vv. 1-3. Y fue la Palabra de Yahweh a Jonás, por segunda vez, diciendo: "Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y pregona allí la proclama, lo que yo te hablo a ti". Se levantó Jonás y se encaminó hacia Nínive como la Palabra de Yahweh; y Nínive era una ciudad grande para Dios: una marcha de tres días.
            • No conocemos el tiempo transcurrido, desde que Jonás fue arrojado en tierra firme y la recepción del segundo llamamiento. Lo que debemos subrayar aquí es la misericordia de Dios. No solo ha salvado a Jonás, sino que le ha restaurado como profeta. Cuando Dios rescata a alguien del pecado y le da vida es para que le sirva. Repite la misma frase que 1:1-2, salvo que no menciona "hijo de Amitai";  añade "por segunda vez" y omite "porque ha subido su maldad delante de mí". Por otro lado, mientras en 1:2 tenía que pregonar contra ella, aquí tiene que pregonar la proclama o mensaje en ella. Algunos comentaristas sugieren que el segundo mensaje era más suave, pero las implicaciones de ambas frases son prácticamente iguales, porque el mensaje anunciaba destrucción. Aquí quiero hacer notar una diferencia entre la versión RVR60 y la traducción de Massuah (hebrea), pues mientras la primera dice que Nínive era una ciudad grande en extremo, la segunda manifiesta que era una ciudad grande para Dios. Según las excavaciones, Nínive tenía un perímetro de unos 10 km. que abarcaba la ciudad amurallada y el área metropolitana. Por eso, la interpretación más adecuada y ampliamente aceptada hoy, es la que se desprende de la traducción hebrea en el sentido que no se refiere a su tamaño geográfico, sino a su importancia para Dios que busca su arrepentimiento.      
            • vv. 4-6: Empezó Jonás a entrar en la ciudad - una marcha de un día- proclamó y dijo: Cuarenta días más y Nínive será traspasada 5. Mas creyeron los hombres de Nínive 6. Había llegado la noticia al rey de y se sentó sobre cenizas. El profeta no esperó el protocolo de la época que el día de la llegada se tomaba posesión del lugar de residencia y presentaba sus credenciales a las autoridades, el segundo día a hacer su trabajo y el tercero a preparar su salida, sino que el primer día ya proclamó el mensaje que traía, lo que nos da una medida de  urgencia. El mensaje es corto y claro, en el texto hebreo tiene solo cinco palabras, claro que debemos tomarlo como el punto culminante del mismo, la exhortación final. El mensaje es un anuncio de juicio que implícitamente llama al arrepentimiento. La palabra destruida o traspasada, encierra el sentido de darle la vuelta a algo y puede indicar trastorno, derribo, confusión o destrucción, pero también los comentaristas, desde tiempos muy antiguos, indican que es un término ambiguo, porque puede significar "volver, mudar, cambiar" y se podría traducir por "Dios pondrá de revés a la ciudad" y conlleva la posibilidad de "conversión". La predicación de Jonás tuvo un éxito inmediato, pues creyeron los hombres de Nínive, solo comparable con los convertidos el día de Pentecostés. En la versión Massuah, no se menciona que los ninivitas proclamaron ayuno y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos, porque ya se indica en el v. 8. Estos dos hechos, ayunar y vestirse de cilicio, eran formas típicas del mundo antiguo de expresar el arrepentimiento y el dolor. En aquella época,  prescindir de la comida y el vestirse de según qué ropa era una forma de exteriorizar los sentimientos. El cilicio era una tela gruesa, hecha de pelo de cabra, muy incómoda al rozar la piel. Al rey le llegó la noticia de lo que ocurría en el pueblo y tomó cartas en el asunto. ¿Quién era este rey? Hay varias propuestas: según unos se trataba de Assur-adan III (772-755), para otros Assur-nirari V (754-745) o alguno de los monarcas débiles que sucedieron a Tiglat-pileser III durante el siglo VIII. También se ha sugerido que podría ser el príncipe gobernador de la ciudad y no el mismo emperador, ya que Nínive no era la capital de Asiria en el siglo VIII.  No importa mucho eso, sino la reacción de este hombre ante la noticia que le llegó: tenemos una simetría entre las cuatro frases que corresponden a dos ideas; se levantó de su trono para sentarse sobre ceniza; se despojó de sus ropas reales para vestirse de cilicio. A pesar de su posición se humilla ante la palabra de Dios y empieza dando ejemplo antes de decretar que el pueblo de humille.
            • vv.7-10. 7. E hizo pregonar y dijo en Nínive por decreto del rey y de sus dignatarios diciendo: "Los hombres y las bestias, los vacunos y los ovinos, no habrán de probar nada ni habrán de apacentar y agua no habrán de beber. 8. Y que se recubran con sacos los hombres -y las bestias-y que clamen a Elohim con fuerza. Y que retornen cada hombre de su camino malo y de la injusticia que está en las palmas de sus manos. 9. ¿Quién sabe, retorne y se arrepienta Elohim y apacigüe su ira y no perezcamos? 10. Y vio Elohim sus acciones pues habían retornado de su camino malo; se arrepintió   Elohim del mal que había dicho hacerles a ellos y no lo hizo.

En realidad, el pueblo ya había empezado a arrepentirse, pero el rey quiere sancionar la voluntad popular y convertir el arrepentimiento en un asunto oficial. El incluir a los animales domésticos en el ayuno no parece que fuera habitual en el Israel (en realidad hay una sola referencia en el apócrifo Judit), pero era normal en otros pueblos de oriente medio. Solo participaban los animales que eran para los sacrificios, porque no se dice nada del resto. Por supuesto que los hombres habían de clamar a Dios, pero los animales también, porque al estar privados de comida y bebida sus berridos serían muy fuertes. Ellos son también sujetos del mismo verbo "clamen". Sin embargo, las exigencias morales del arrepentimiento solo correspondían a los hombres. La pregunta del v. 9, nos enseña que el rey y los dignatarios de la corte han entendido que Yahweh no es un dios que pueda ser manipulado por las acciones de los hombres. Él es soberano y hace lo que quiere. Los actos de pesar y arrepentimiento no eran un mérito para anular la justicia divina y de ahí que lo contemplen como una posibilidad que depende de la misericordia de Dios: ¿Quién sabe? Las palabras "retorne o volverse" y "se arrepienta" pueden parecernos extrañas referidas a Dios. Volverse o convertirse es darse la vuelta o dar marcha atrás que aplicada a Dios es la renuncia a un determinado plan de acción. Arrepentirse con relación a Dios es un antropomorfismo que tiene el sentido de cambiar de idea, enternecerse, ceder. El verbo arrepentirse aparece dos veces en estos vv., siempre referido a Dios y el verbo volverse aparece cuatro veces, dos con relación a los ninivitas y dos a Dios. Es frecuente en las Escrituras referirse al juicio de Dios en términos de su ira que a veces se expresa por medio de la metáfora del fuego (Dt. 29:24, Job 20:23, 40:11, Sal. 78:49, 85:3, Sof. 3:8, Ap. 16:19). El juicio final también es llamado el día de la ira de Dios (Sof. 1:15, 2:2, Ro. 2:5). El término pereceremos o perezcamos es un eco del lenguaje empleado en la tormenta (1:6,14). El v. 10 anticipa el fin de la historia, ya no habrá destrucción. Se cumple todo lo que Jonás temía: al volverse de sus malos caminos, los ninivitas hacen que Dios también se "vuelva" de su juicio. El Señor siempre se deleita en mostrar misericordia a los que se vuelven de sus malos caminos.    

Preguntas para reflexión

  • ¿Qué otros casos de restauración de siervos de Dios conocemos en la Biblia?
  • ¿Qué ejemplos sobre la predicación nos da el mensaje de Jonás?
  • ¿Qué nos enseña este capítulo sobre el arrepentimiento?
  • ¿Cómo es posible que gente tan perversa se volviera a Dios de una forma tan rápida?
  • ¿Qué atributos de Dios observamos en este capítulo?
  • El disgusto del profeta (4:1-11). El único que no estaba contento del éxito de su predicación era Jonás, hasta el punto de desear la muerte. Tenía una  psicología complicada este hombre. Aprendía a base de experiencias. Reprocha a Dios que sea un Dios de amor que perdona al arrepentido. No puede aceptar que Nínive sea salvada después de los pecados que ha cometido. Su falta de piedad por los ninivitas no es igual que para él mismo, cuando después de recibir la sombra de la calabacera esta se seca. Dios le reprocha su actitud y le hace ver  su proceder erróneo. Así, el Señor le enseña cuales debían ser sus sentimientos y cual es la sabiduría de la misericordia divina.           
      • *vv.1-3.  Y experimentó Jonás un malestar grande, y se enfureció.

2. Y oró a Yahweh y dijo: "¡Te ruego Yahweh! ¡Ciertamente esta había sido mi palabra cuando aun estaba en mi tierra! Por eso me anticipé a huir a Tarshish, pues yo sabía que tú eres Dios. Misericordioso y clemente, tardo en la ira, magnánimo en la misericordia y que se arrepiente del mal.

Y ahora Yahweh, toma mi alma de mí, pues mejor es mi muerte que mi vida",

El último episodio de la historia de Jonás es un nuevo diálogo del profeta con Dios. Tiene dos partes, de los vv. 1-4 sucede en Nínive y de los vv. 5-11 fuera de sus murallas. Su reacción ante la conversión de los ninivitas es sorprendente. Su predicación ha tenido un éxito extraordinario y en lugar de estar contento, experimenta un gran malestar y se enfurece. Parece mentira que se alegrara tanto de la misericordia de Dios (2:9) y luego se hundiera porque esta misma misericordia había favorecido a los ninivitas. ¿Cómo puede alguien que ha recibido tanta misericordia de Dios, negarla luego a otros? El v. 1 expresa  su indignación de la manera más contundente que puede hacerse en hebreo. La palabra hebrea traducida por "enfureció", puede significar dos cosas: un acaloramiento intenso, o también puede tener un sentido más amplio y se refiere a cualquier emoción fuerte de carácter negativo. En este caso, señalaría tristeza o decaimiento y algunos intérpretes se inclinan por este significado porque refleja mejor su  estado de ánimo ya que tiene  el deseo de morir. Esta interpretación está guiada por la Septuaginta, que como sabemos no es muy fiable en según que textos. Yo prefiero la traducción de la Massuah ya que está en relación con el malestar grande que siente.

A continuación eleva una oración a Yahweh. Al usar el nombre personal de Dios y no el genérico Elohim, muestra que sabe muy bien a quien se dirige. En tres versículos el nombre Yahweh aparece cuatro veces. Su actitud es semejante a la de Jeremías, quien también convertía su perplejidad en motivo de oración (Jer. 12:1, 15:18, 20:7). La oración de Jonás tiene dos partes: en el v. 2 expone los motivos y en el v. 3 hace la petición. En 1:1, le vino la palabra de Yahweh, pero él prefirió seguir su propia palabra, es decir, su criterio porque había intuido desde el principio que Dios tendría misericordia de los ninivitas, como dice seguidamente. Algunos comentaristas señalan el egocentrismo de su oración. Aunque no se aprecia en las traducciones, en el texto hebreo los posesivos "yo" y "mi" se encuentran en nueve ocasiones en los vv. 2 y 3. Mientras Jonás solo pensaba en sí mismo, Dios tenía compasión de los ninivitas. Luego nos damos cuenta de sus motivos para huir a Tarsis. La causa de su huida fue el recelo que su predicación consiguiera el perdón de Dios a los ninivitas. No quería ser un instrumento de la misericordia divina. El juicio de Dios no era ningún inconveniente para él, la gracia del Señor era el problema. El temor de Jonás parte de su conocimiento del carácter de Dios, misericordioso, clemente y magnánimo. Estas palabras son un eco de las que el mismo Dios proclamó de sí mismo a Moisés (Éx. 34:6-7). También se encuentran en otros textos (Nm. 14:18, Neh. 9:17, Sal. 86:15, 103:8, Jl. 2:13, Nah. 1:3). La mención a que Dios se arrepiente del mal con conduce a 3:10. Lo que Jonás pretendía era que Dios no fuera clemente con los asirios.

El drama interno que experimenta Jonás le lleva a una situación sin salida. La única solución que ve es la de dejar de existir. Estas palabras nos recuerdan las de Elías en 1 R. 19:4 y Job 3. La frase "mejor es mi muerte que mi vida" se repite en el v. 8 y es una especie de estribillo. Con todo, Observemos que Jonás no piensa en el suicidio, sino que sigue reconociendo a Dios como Señor de la vida, el único que puede quitársela.

      • *vv. 4. Y dijo Yahweh: "¿No es excesivo tu enojo?". Esta pregunta está repetida en el v. 9. Esta repetición, conforme a la semántica hebrea tiene el objetivo de dar importancia a una palabra o frase y en este caso quiere que pensemos en la reacción de Jonás y consideremos si es o no correcta. Dios hace caso omiso a la petición de Jonás de que le permita morir. 
      • *5. Salió Jonás de la ciudad y se asentó al este de la ciudad; se hizo allí una cabaña hasta ver qué ocurriría en la ciudad. No podemos determinar en que  momento salió de la ciudad, pero como esperaba el desenlace de lo que fuera a ocurrir en Nínive, es de suponer que tuvo lugar antes del cumplimiento de los cuarenta días. Los campos que rodeaban Nínive eran y son semidesérticos, expuestos al sol abrasador, sin poder encontrar alivio debajo de un árbol y por eso se hace una cabaña con ramas y se sienta debajo de ella. El texto hebreo, siempre parco en palabras, omite este dato porque  sería el mismo que aparece en el v. cuando dice "asentó". Tenemos un contraste entre el rey que se sentó sobre ceniza y Jonás en la cabaña. El primero arrepentido esperando que Dios tuviera misericordia y el segundo deseando que no la tuviese. Quizás Jonás todavía abrigaba la esperanza de que Dios destruyese Nínive y por eso no quiere marcharse.   
      • *6. Y dispuso Yahweh Elohim una planta de ricino que creció por sobre Jonás para aliviarlo de su malestar. Aquí tropezamos con la dificultad de saber el significado exacto de la palabra hebrea qiqayon, pues solo aparece aquí en todo el AT. La versión Massuah, lo traduce por ricino, la RVR60 por calabacera, otras por hiedra, melón, parra. Las versiones actuales se inclinan por poner solo "planta". Claro que la calabacera va por el suelo y el ricino es un arbusto. Sin embargo, lo más importante es que fue provisto por Dios como el gran pez. El propósito era aliviarle dándole sombra, porque el verbo traducido por librarlo o aliviarlo se puede traducir también por abrigar o dar sombra. Por otro lado, malestar es un término que cubre una amplia gama de males y maldades y es el mismo que hemos visto en 1:2,8, 3:8, 10. En el texto de la Massuah no se halla la frase sobre la alegría que sintió Jonás por el ricino.      
      • *7. Dispuso Elohim un gusano -al rayar el alba del día siguiente- que picó al ricino, que se secó. Cuando Jonás iba a necesitar la planta más que nunca, las hojas se marchitan y el ricino de muere atacado por un gusano. Notemos las tres disposiciones de Dios: primero una planta, luego un gusano y en tercer lugar un viento solano, así el texto adquiere un carácter casi poético. Pero los fines son opuestos, la planta da sombra, el gusano la elimina. La imagen del gusano maligno que destruye una hermosa planta, viene a simbolizar por aplicación la lucha entre el bien y el mal. Lo bello es destruido por lo feo, lo que viene a ser una figura de la degeneración y de la muerte.    
      • *8. Y ocurrió que al salir el sol dispuso Elohim un viento solano violento. Pegó el sol sobre la cabeza de Jonás y se desvaneció, y pidió para sí morir, y dijo: "Es mejor mi muerte que mi vida". Por si la muerte de la planta no fuera suficiente, Dios dispuso un viento solano violento (ruah qadim). Esta frase es frecuente y se refiere a un poderoso viento del este y aparece en contextos que indican el control de Dios sobre los elementos (Éx. 10:13, Sal. 48:7, Ez. 17:10, 19:12). También se ha traducido por un "viento oriental abrasador" (NVI). Esta es la segunda ocasión en que Jonás está a merced de un viento enviado por Dios. La violencia del viento indica que este sería huracanado con lo que se llevaría la cabaña y la planta seca y estaría merced del fuerte calor solar, como antes el barco lo estuvo de las olas del mar. La combinación del viento y el sol le producen una insolación que le lleva a tener un desvanecimiento y en su fuero interno quiere morir. Antes, en el v. 3 el motivo de desear la muerte era por una razón espiritual, el que Dios tuviera misericordia, y aquí es por un razón física. Pero Dios le tiene postrado para darle la lección espiritual que sigue a continuación.   
      • *9. Dijo Elohim a Jonás: "No es excesivo tu enojo por el ricino?". Dijo él: "En demasía me he enojado, hasta querer morir". Conforme a la etimología de la palabra que lo mismo significa enojarse que  acalorarse, el autor hace un juego de palabras con evidente ironía: Jonás siente los efectos del sol y el Señor le pregunta si hace bien en sentirse acalorado por la pérdida de la planta. Con esa pregunta Dios le obliga a examinarse y ver si sus reacciones emocionales eran correctas o no. La primera vez que Dios le preguntó (v. 4), Jonás guardó silencio, esta vez reconoce que se ha excedido, hasta desear la muerte.    
      • *10. Dijo Yahweh: "Tú te has compadecido por el ricino por el cual no has trabajado ni lo has hecho crecer, que en una noche surgió y en una noche feneció. *11. ¡Y Yo no habré de compadecerme por Nínive, la gran ciudad, que hay en ella más de doce miríadas de personas, y que cada una no distingue entre su derecha y su izquierda y animales muchos!". Las últimas palabras del libro pertenecen a Dios y es la culminación de toda la acción. Dios enseña la lección de la planta y enfatiza los principios de la misericordia divina que están presentes en toda la narración. El Señor contrasta la actitud de Jonás hacia la planta con la suya propia hacia Nínive con el propósito de establecer las verdaderas prioridades que un siervo de Dios mantener. "Se preocupa por un pequeño detalle de la creación de Dios, pero no se preocupa por una multitud de seres humanos creados, como Jonás mismo, a la imagen de Dios. Dios no es el inconsecuente, sino Jonás". La lástima que siente Jonás es debida a sus intereses personales, mientras que la de Dios es desinteresada. Si Jonás pensaba que  era procedente  lamentarse por la planta, lo era mucho más hacerlo por una ciudad. El contraste no es solo de calidad, sino de cantidad. La planta era una, en Nínive vivían 120.000 personas, sin contar los animales. Además Jonás no tiene derecho a quejarse por la planta porque había sido creada por Dios y tenía todo el derecho sobre ella. Asimismo tenía todo el derecho sobre los habitantes de Nínive porque también eran creación suya. Antiguamente se creía  que los niños eran los que tenían dificultades para distinguir entre su mano derecha y su mano izquierda y que la cifra de 120.000 se referiría a los infantes ninivitas, pero en la actualidad no se piensa que se trate de la ignorancia de los infantes, sino de falta de percepción moral de la sociedad pagana. Entonces la cifra sería  la totalidad de habitantes. La frase hebrea emplea el término ribbô que indica 10.000 personas o miríadas, literalmente: dos y diez ribbô, es decir, doce miríadas. "La razón más probable de la mención de los animales es que constituyen el punto medio en la escala de valor sobre el cual se funda el argumento de Yahweh. Es decir, los ninivitas son de un valor inestimable, son seres humanos y ciudadanos de la ciudad más importante de su día. Los animales son de menos valor, pero aún significativos en la economía de cualquier nación o ciudad… La calabacera, sin embargo, es de un valor comparativamente insignificante".

Conclusión

El libro no da a conocer la respuesta de Jonás. En realidad no tenía nada que decir después de las lecciones que Dios le había dado en relación con su desobediencia, la obligación de anunciar un mensaje de juicio que traería vida a un pueblo y su falta de sensibilidad hacia las personas que habían sido objeto de la misericordia de Dios. Quizás, Jonás mismo al escribir su experiencia quiso que terminara de forma que Dios tuviera la última palabra, porque en realidad eso es lo que ocurre siempre, invitándonos a reflexionar sobre los sentimientos que despiertan en nosotros las personas que han tenido ocasión de conocer y responder en arrepentimiento y fe a la Palabra de Dios.

Dios es un Dios de misericordia y nosotros que somos los beneficiarios de ella debemos ejercerla en aquellos que nos rodean y no caer en el mismo pecado que Jonás. En el futuro, Asiria sería el instrumento que Dios usaría para castigar al reino del norte (Israel), pero aunque Jonás abrigara temores de cara al futuro, no justificaba su falta  de compasión hacia un pueblo perdido.

                                              Preguntas para reflexión

  1. ¿Qué decir de alguien que es objeto de la gracia de Dios y la niega a otros?
  2. ¿Qué importancia tiene el uso del nombre personal de Dios?
  3. ¿Hay egocentrismo en nuestras oraciones?
  4. ¿Por qué a veces seguimos criterios personales en lugar de obedecer a Dios?
  5. ¿Nos molestamos por alguna tontería y somos indiferentes a las cosas importantes?
  6. ¿Cuál es la lección principal que hemos recibido del estudio de este libro?
  7.  

Aplicación final    

El siervo de Dios de hoy no debe pretender como Jonás interferir en las decisiones de Dios de mostrar su misericordia hacia los perdidos. Dios actúa con justicia contra el pecado y los pecadores, pero al mismo tiempo muestra su amor hacia ellos y espera pacientemente a que se arrepientan para otorgarles su gracia  y perdonarles. (Es famosa la frase que dice que Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador, frase errónea a todas luces, según Sal. 5:5-6).  "Desde el siglo XIX se ha puesto muy de moda en la teología hacer una diferencia entre el pecador y sus pecados, pero no en contra del pecador. El AT no deja ningún lugar a dudas (y por supuesto tampoco en el NT) de que esta diferenciación no existe. Es la razón por lo cual la ira de Dios se descarga a través de las guerras, catástrofes y todo tipo de calamidades. Aunque hiere a nuestras sensibilidades alimentadas por un humanismo antropocéntrico, diferentes formas de derramamiento de sangre y de violencia son llevadas a cabo en el AT para la gloria de Dios. El humanismo evolucionista de nuestro tiempo ve este concepto del AT como algo inaceptable. Otra cosa es que la ira no esté reñida con su misericordia. Ira y misericordia  no se excluyen mutuamente. Vemos en el AT que Dios en muchos casos aplica su misericordia al pueblo de Israel (y a pueblos paganos, como en el caso de Jonás a los ninivitas). No es una incongruencia porque esta misericordia no ocurre gratis, sino que se basa en última instancia en el sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario, donde el Cordero de Dios experimentó toda la ira del Padre contra el pecado en su propia persona. El concepto del 'amor del pacto' (jesed, en hebreo), se convierte de esta manera en sinónimo del agape divino, tan conocido en el NT. Es de primera importancia el hecho de que Dios hace a los hombres responsables de sus propios pecados y los destina a su propia destrucción. Por eso, muchos comentaristas entienden la actuación de Dios en el AT como cruel y caprichosa. En su teología no cabe la idea de que el propósito de la ira de Dios es la restitución de aquellas partes de la ley que han sido violadas. La ira de Dios es la reacción divina ante la desobediencia de los seres humanos y también de los ángeles que desafían su autoridad. Este desafío de la soberanía divina a través de la resistencia a su voluntad revelada en la Escritura tiene como consecuencia la ira divina". En el mismo sentido se expresa también el gran teólogo L. Berkhof: "Se le da mucha importancia actualmente a la idea de que no hay tal justicia punitiva en Dios que inexorablemente demanda el castigo del pecador, y que Dios no está enojado con el pecador sino que lo ama y únicamente le inflige penalidades para hacerlo volver y traerlo de nuevo al hogar del Padre. Este concepto que tuerce la distinción entre castigo y disciplina no es bíblico. La pena del pecado no procede del amor y de la misericordia del Legislador, sino de su justicia. Si a la imposición del castigo se sigue la reforma, no se debe a la pena como tal, sino a alguna operación de la gracia de Dios que fructifica, y por medio de la cual él cambia aquello que en sí mismo es un mal para el pecador, en algo que le resultara benéfico. La diferencia entre disciplina y castigo debe conservarse. La Biblia nos enseña, por una parte, que Dios ama y disciplina a sus hijos (Job 5:17, Sal. 6:1, 94:12, 118:18, Pr. 3:11, Is. 26:16, He. 12:5-8, Ap. 3:19); y por otra parte que él aborrece y castiga a los malhechores (Sal. 5:5, 7:11, Nah. 1:2, Ro. 1:18, 2:5-6; 2Ts. 1:6, He. 10:26-27)". Damos un testimonio más: "¿Cuántas veces no habremos oído, o leído, las palabras: Dios odia el pecado, pero ama al pecador"? Suena muy bien; el único problema es el hecho de que de todas las veces en la Palabra de Dios que se dice que Dios odia, o que aborrece, ¡en una clara mayoría de los casos el objeto del odio divino no es el pecado sino el pecador!" 

BIBLIOGRAFIA

    Puigvert, Pedro. Cómo conocer la Biblia Taradell: Unión Bíblica, 2013, pp.240-244

    Archer (hijo), Gleason L. Reseña Crítica de una Introducción al Antiguo Testamento. Chicago: The Moody Bible Institut, 1981, p. 341. 

    Alexander, Desmond. Ionah. Leicester: Inter-Varity Press, 1988. p. 130

    S.Stuart, Douglas. Hosea-Jonah, volumen 31 del World Biblical Commentary. Waco, Texas: Word Books, 1987, p.508.  

    Hutter, José. Edificación Cristiana, nº 261, Novbre.Dcbre. 2013, pp.23-24.

    Berkhof, Louis. Teología Sistemática. Gran Rapids: T.E.L.L., 1981, p. 308.

    Birch, Andrew J. Una fe para el III milenio. Moral de Calatrava: Editorial Peregrino, 2002. p.84.

APÉNDICE

 EL DIOS  DE JONÁS /Jon. 1:1-4, Mt. 12:38-41

Durante tres meses hemos estado estudiando el libro del profeta Jonás. Sin embargo, la mayoría de la congregación no ha participado de este estudio versículo a versículo. Por esta razón, he creído conveniente hacer esta exposición que implícitamente estaba contenida en el estudio, pero no aparecía explícitamente ordenada: el contenido teológico o doctrinal del libro, es decir, lo que el profeta nos enseña sobre Dios. En el modo de leer y estudiar cualquier libro de la Biblia se dan cita varios aspectos para descubrir su significado. No es suficiente averiguar el sentido preciso de un texto bíblico y su aplicación actualizada; es necesario también que descubramos lo que el texto nos enseña acerca de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y que respondamos en oración a sus demandas, las cuales nos llevarán a la adoración. Pero también es importante que reconozcamos otras doctrinas que afirmarán nuestra fe y nos guiarán a obrar de la manera que Dios ha preparado para nosotros. No somos salvos por obras, pero sí hemos sido creados en Cristo para  buenas obras. Por eso vamos a ver cómo es el Dios de Jonás.

  1. Es el Dios que se revela por su palabra (1:1, 3:1)

En dos ocasiones hallamos la frase "vino palabra de Yahweh" una expresión  habitual en algunos profetas que incluye instrucciones sobre el mensaje que estos debían proclamar. Observemos que la revelación procede de Dios y que es entregada por medio de palabras. Además menciona el nombre personal del Dios del pacto que se ha revelado a su pueblo como creador y redentor. Al tratarse de su palabra, nos recuerda que Dios ha hablado muchas veces y de muchas maneras a los padres por los profetas (He. 1:1). En este caso la palabra que recibe Jonás se trata de un llamamiento a la misión de proclamar un mensaje de arrepentimiento a un pueblo pagano y malvado. En esta palabra hay un doble imperativo: "levántate y ve" que no es una simple orden de ponerse en pie y echar a andar, sino que tiene un sentido de urgencia, como si le dijera vete en seguida. Nosotros recibimos el llamamiento de la palabra de Dios – la fe viene por el oir, y el oir por la palabra de Dios- para salvación, al responder a ella, pero Dios sigue hablándonos y llamándonos por medio de su palabra para que le sirvamos en la Iglesia. Una de las tareas más urgentes es la misión o evangelización a otros pueblos y a otras personas. Cada uno en el ámbito en que vive debe anunciar el mensaje de Cristo a los pecadores.

  1. Es el Dios  Creador (1:9,17, 4:6-8)

Inquirido por los marineros, Jonás declara que teme o venera a Yahweh, quien no es ninguna divinidad pagana como la que ellos tenían y clamaban pidiéndole salvación muertos de miedo. Por si no supieran quien era Yahweh, les descubre que es el Dios Creador de los cielos que hizo el mar y la tierra seca, el que tiene todo poder y ha desencadenado aquella tormenta. Jonás había huido de la misión que Dios le había dado, pero su doctrina de Dios era correcta. El v. 17, que en el texto hebreo es el versículo primero del capítulo 2, nos enseña que Dios no es solo el Creador, sino también el sustentador de la creación que por su providencia prepara a una de sus criaturas más grandes para que se trague al profeta con el objetivo de salvarle y hacerle ver lo inútil de su huida. De manera parecida, Dios crea para el profeta una planta que le dará sombra, así como un gusano que pique a la planta y un viento solano que hará que se seque dicha planta y que el profeta se desvanezca o desmaye. Cuando hablamos de Dios, estamos más preocupados por sus bendiciones que por lo que él es y nunca debemos olvidar que es el Creador de todas las cosas y que usa la creación providencialmente para diversos fines, incluso los negativos para que reaccionemos y busquemos su voluntad y la cumplamos.

  1. Es el Dios que responde a las oraciones (1:6, 2:1-10)

Jonás se había despreocupado de la problemática que estaba a su alrededor y se había echado a dormir en la bodega de la nave. Tiene que ser el capitán el que le confronte con la realidad y le inste a orar a su Dios. Es vergonzoso que un pagano ordene a un siervo de Dios que ore. Dios le había exigido que se levantara y fuera a predicar y ahora el patrón de la nave le manda que se levante y ore. La oración de Jonás dentro del vientre del gran pez es fruto de tres días y tres noches de oscuridad en que tuvo ocasión de meditar sobre su rebeldía y los hechos que le habían ocurrido en torno a ella. Su clamor es fruto de su angustia por la horrible sensación física de ahogo y el espanto de la muerte, así como de la desazón espiritual por sentir el abandono de Dios, aunque se asombra de que le haya oído. Cuando creía que estaba al límite de su situación, Dios interviene para salvarle. Dios le había rescatado de la muerte cuando lo arrojaron al mar y también cuando fue echado en la playa al cabo de tres días de haberlo tragado el gran pez. De ahí que en la parte final de su oración expresa su gratitud. No basta responder a la salvación de los peligros con alivio, exige la acción de gracias en contraste con los que siguen vanidades.

  1. Es el Dios que posee atributos (1:4, 15; 2:2, 8,9;  4:2)

Recordemos que un atributo es una perfección que se le atribuye a Dios y que ha sido  visiblemente ejercida por él  en las obras de creación, providencia y redención. Los atributos son propios de Dios, no algo que se le añade al ser divino, sino que su ser es la plenitud de sus perfecciones o virtudes. Dice Pink: "el fundamento de todo conocimiento verdadero de Dios ha de ser la clara comprensión mental de sus perfecciones, tal como se revelan en las Sagradas Escrituras. No se puede servir ni adorar a un Dios desconocido, ni depositar nuestra confianza en él". Cómo oró el Señor Jesucristo, la vida eterna consiste en conocer a Dios y a su Hijo Jesucristo (Jn. 17:3). El Dios de Jonás es:

    • El Dios todopoderoso (1:4,15). Aquí lo vemos en un acto de su providencia cuando hizo levantar un gran viento, literalmente "arrojó un gran viento al mar". Dios tiene el control de la naturaleza. El viento causa una gran tempestad y esta pone en peligro la nave. Cuando lanzaron a Jonás por la borda, el mar se amainó de su furor de manera instantánea, como hizo Jesús cuando la tempestad en el mar de Galilea (Mr. 4:39).
    • El Dios misericordioso (2:8, 4:2). Aquellos que siguen vanidades, los paganos, abandonan la misericordia de Dios, no pueden apreciar su bondad hacia ellos, pero el creyente es agradecido y le ofrece su alabanza. En su segunda oración, Jonás reconoce que Dios es misericordioso y clemente, tardo en la ira y magnánimo en la misericordia.
    • El Dios salvador  (2:9). Uno que había pasado por aquella experiencia de muerte, es el que mejor puede conocer  la salvación de Yahweh.
    • El Dios omnipresente y omnisciente (2:2). Cuando le invoca angustiado desde el vientre del gran pez, Dios escucha su oración.
  1. La cristología en el libro del profeta Jonás (1:17, cf Mt. 12:38-41)

Su experiencia  en el vientre del gran pez es tomada por Jesús como tipo o señal de su muerte y resurrección. Si Cristo no hubiera mencionado esta conexión histórica no tendríamos evidencia alguna que se trata de un hecho tipológico, porque al tipo en el AT debe corresponder siempre el antitipo del NT. Ha habido autores que han querido ver otros tipos de Cristo en el libro, pero para ello han tenido que alegorizar el texto porque no hay ninguna evidencia  en el NTque lo justifique. 

Conclusión. Es imprescindible que cuando meditamos un texto de las Escrituras descubramos al Dios que se revela en ellas, tal como hace Jonás. Yahweh, el Dios del pacto y el Creador, al que tenemos el privilegio de orar a él y llamarle Padre, un Dios todopoderoso, omnipresente, omnisciente, misericordioso y salvador que por medio de la muerte y resurrección de Cristo nos ha dado la vida eterna.



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