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no conocía a Jesús si eran primos? Lo que quiere decir no es que no supiera quién era
Jesús, sino que hasta entonces no le conocía como el Hijo de Dios que el Padre le
había revelado cuando le bautizaba.
El bautizador con el Espíritu Santo
Mientras Juan bautizaba en agua, Jesús bautizaría con el Espíritu Santo. Fue en el
bautismo en agua de Jesús cuando el Espíritu descendió sobre él con poder.
1. Descenso del Espíritu. La señal para conocer Juan quien era el Hijo de Dios, fue
la manifestación del Espíritu que descendió como paloma. No se dice en ningún evan-
gelio que apareciera en forma de paloma, sino que usando un símil (comparación)
dice que descendió sobre Jesús de manera parecida a como lo hacen las palomas
cuando se posan sobre algo o alguien. En Israel, la paloma era un ave sagrada, no
se cazaba ni se comía y eso puede ser otro indicativo de usarla Juan para compa-
rarla con el Espíritu, además de la similitud del modo de acercarse y posarse sobre
Jesús.
2. Permanencia del Espíritu. El Espíritu de Dios vino sobre Jesús de una manera es-
pecial. Mientras en el AT, el Espíritu venía sobre alguno como una experiencia aislada,
apareció sobre Jesús de manera permanente. La forma de desplazarse del Espíritu
no era nuevo, puesto que en Génesis se dice que se movía sobre la faz de las aguas
(Génesis 1:2). Jesús no es solo el receptor del Espíritu (Isaías 11:2), sino que sería
también el bautizador con el Espíritu, de tal manera que se convertirá en el requisito
imprescindible para formar parte de la Iglesia (1 Corintios 12:13).
El Hijo de Dios
Así fue revelado por el Padre cuando desde el cielo se oyó una voz que decía: este es
mi Hijo amado en quien tengo complacencia (Mateo 3:17 y pp.) frase no mencionada
por Juan, pero sí por los otros evangelistas. Hijo de Dios es un título que como hebra-
ísmo significa que participa de la misma esencia divina y para hacerlo más sencillo aún,
lisa y llanamente aplicado a Jesús de manera estricta y única, quiere decir Dios. El pro-
pósito del evangelista al escribir este evangelio es el de demostrar que Jesús no solo
es el Cristo, sino el Hijo de Dios (Juan 20:31). La revelación de Jesús como Hijo de
Dios no es totalmente equivalente o paralela de su revelación como Mesías. Es decir,
no aparece como Hijo de Dios para que los judíos entendiesen que se trataba del Me-
sías. Por el contrario, su manifestación como Dios se añadirá paulatinamente al con-
cepto de Mesías. Jesús es el Hijo de Dios de una manera única y especial.
Conclusión
En dos ocasiones aparece la frase dar testimonio porque el propósito principal es dar
testimonio de Jesús, cosa que podemos hacer presentándolo como Cordero de Dios,
como bautizador con el Espíritu y como Hijo de Dios. Si todavía no has recibido a Cristo
como tu salvador y Señor, ten presente que él ha muerto por tus pecados para darte
vida, pero es necesario que te arrepientas y creas en su sacrificio para ser bautizado
por el Espíritu Santo y formar parte de la iglesia.
Pedro Puigvert