Page 3 - baluarte
P. 3

103 (evangelístico):Butlleti 08  27/06/2024  23:09  Página 2


          A. Hoekema da tres razones de la importancia de la doctrina de la nueva tierra:     salén. Antes de seguir, debemos conocer el significado del término “nuevo”. El término
                                                                                              griego que se usa para designar el cambio del nuevo cosmos no es neos, sino kainos.
           a) para una comprensión correcta de la vida por venir;
           b) para captar correctamente toda la dimensión del programa redentor de Dios;      La palabra neos significa nuevo en el tiempo, mientras que el término kainos expresa
           c) ayuda a la correcta comprensión de la profecía del AT.                          nuevo en naturaleza o cualidad. La expresión cielo nuevo y tierra nueva significa, por
                                                                                              tanto, no la aparición de un cosmos diferente del actual, sino la renovación de un uni-
          Observemos el siguiente cuadro en que se establece un paralelo entre Génesis y Apo-  verso que mantiene su continuidad con el presente. La promesa de un cielo nuevo y una
          calipsis:                                                                           tierra nueva procede del libro del profeta Isaías (65:17, 66:22). Jesús también se ha re-
                                                                                              ferido a la renovación o regeneración de todas las cosas (Mateo 19:28) y Pablo men-
                                                                                              ciona a la creación que será liberada de la corrupción (Romanos 8:21). Es, pues,
                                                                                              importante afirmar que nuestra esperanza cristiana espera, no un cielo etéreo, sino un
                                                                                              universo renovado unido al mundo presente tanto de manera continua como disconti-
                                                                                              nua. De la  misma manera que el cristiano, individualmente, es una nueva criatura en
                                                                                              Cristo (2 Corintios 5:17), pero es la misma persona transformada, así el cuerpo de re-
                                                                                              surrección será el mismo cuerpo que guardará intacta su identidad (las cicatrices de
                                                                                              Jesús resucitado lo prueban), pero transformado gloriosamente, así los nuevos cielos
                                                                                              y la nueva tierra, no serán otro universo distinto del actual, como si hubiese sido cre-
                                                                                              ado nuevamente, sino un universo regenerado, limpiado con el fuego purificador de
                                                                                              todas las imperfecciones presentes (2 Pedro 3:10), sin penas, ni pecado, ni muerte.
                                                                                              Juan añade y el mar ya no existía más. A muchos que les entusiasma el mar lamentan
                                                                                              estas palabras, pero debemos recordar otra vez que estamos tratando con expresiones
                                                                                              simbólicas y que para los judíos el mar simboliza la agitación (Isaías 57:20-21) y la hos-
                                                                                              tilidad a Dios, pues del mar procede la primera  bestia (Apocalipsis 13:1).

                                                                                              Dios en medio de su pueblo
          Visión del cielo nuevo y la tierra nueva                                            Juan escucha una voz que sale directamente del trono de Dios que se dirige a él para
          La vida eterna consiste en el conocimiento personal de Dios por medio de Jesucristo  explicarle el significado de la nueva Jerusalén que desciende del cielo: he aquí el ta-
          (Juan. 17:3), así como la segunda muerte significa la separación de él. Juan ilustra esta  bernáculo de Dios con los hombres. Dios viene a morar con su pueblo. Esta relación
          vida, el glorioso destino final del pueblo de Dios, mediante el uso de tres metáforas dis-  viva del Señor con su pueblo tendrá unas consecuencias: ya no habrá nunca más lá-
          tintas:
                                                                                              grimas, ni existirá la muerte, ni clamor ni dolor. Todas estas cosas pertenecen al  viejo
          a) la primera es la seguridad en la ciudad de Dios, la nueva Jerusalén;             orden de un mundo caído que desaparecerá. Allí donde Dios mora, allí está el cielo. En
          b) la segunda es el acceso al árbol de la vida, en el jardín del Edén restaurado;   la vida venidera, el cielo y la tierra ya no estarán separados como ahora, sino unidos
          c) la tercera es la relación íntima de la esposa y del esposo en el matrimonio.     completamente. Los creyentes continuarán estando en el cielo mientras viven en la
          Juan mezcla las metáforas con notable habilidad; salta de una a otra de manera abrupta  nueva tierra. La frase él morará con ellos y ellos serán su pueblo, son las palabras que
          sin ninguna aparente incongruencia. Eso mismo podemos comprobarlo cuando pasó del   pertenecen a la promesa central del pacto de gracia (Génesis. 17:7, Éxodo 19:5-6; Je-
          León de la tribu de Judá al Cordero como inmolado (Apocalipsis 5:5) y más adelante  remías 31:33; Ezequiel 37:27; 2 Corintios  6:16, Hebreos 8:10; 1 Pedro 2:9-10).
          vemos a la ciudad celestial descender del cielo como una esposa ataviada para su ma-
          rido. Es igualmente difícil representar una ciudad como una esposa o una esposa como  Conclusión
          una ciudad que caracterizar un león como un cordero o un cordero como un león. Sin  Ocuparse del futuro glorioso que nos espera a todos los que estamos inscritos en el libro
          embargo, es fácil interpretar lo que simbolizan cada una de las metáforas. Las tres, ciu-  de la vida no es escapismo, prescindiendo de la realidad presente, sino afirmar nues-
          dad, jardín y esposa, manifiestan que nuestra relación personal con Dios ya ha empe-  tra esperanza en un tiempo futuro en que Dios hará nuevas todas las cosas. Si tu nom-
          zado  desde  que  fuimos  reconciliados  con  él  y  que  se  cumplirá  plenamente  en  la  bre no está en el libro de la vida, debes preocuparte y cambiar de actitud hacia Cristo,
          segunda venida de Cristo.                                                           el cual vino a este mundo para dar su vida en sacrificio por tus pecados. Debes acudir
                                                                                              a Cristo en arrepentimiento y fe, de lo contrario te espera la condenación eterna en un
          Celebración de lo nuevo                                                             infierno que es la otra cara de la moneda del cielo nuevo y la tierra nueva.
          En todo este pasaje destaca la celebración de lo nuevo en la obra futura de Dios, em-                                                             Pedro Puigvert
          pezando por un cielo nuevo y una tierra nueva sobre los que desciende la nueva Jeru-
   1   2   3   4