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101 (evangelístico):Butlleti 08 28/02/2024 21:56 Página 2
glorificado. Vivieron un momento histórico de cumplimiento profético y no supieron re- aclamación de los tres grupos reunidos, tenía como origen la resucitación de Lázaro,
lacionarlo hasta semanas más tarde. Destaca en el relato: el más grande de los milagros hecho por Jesús.
La persona del Rey Los enemigos del Rey
A partir de las palabras del Salmo 118:25-26, Jesús fue recibido entre aclamaciones en Los fariseos contrastan con la multitud. Ven peligrar sus intereses religiosos y tienen en-
Jerusalén: ¡Hosana!¡Bendito el que viene en el nombre el Señor, el Rey de Israel! Ho- vidia de que la gente siga a Jesús. Su causa está perdida. No hay nada tan malo como
sana es la forma griega de un término hebreo que significa: Hosa = salva y na = orar o la envidia religiosa por el triunfo y las bendiciones del prójimo. Si esta anida en nuestra
te rogamos, aunque en el salmo es sálvanos ahora (hosiana). Aclamaban a Jesús como alma, tenemos que desecharla porque estamos pecando; es todo lo opuesto al amor.
el Mesías Rey del que esperaban la salvación nacional, según el concepto que los ju- ¡Examinemos nuestros corazones y busquemos el bien!
díos habían elaborado en el periodo intertestamentario de un libertador político que
echaría a los romanos de Jerusalén. Pero este concepto está corregido por la profecía La Pascua en el cristianismo
de Zacarías, en que el Rey que viene a Jerusalén, no lo hace al estilo de los grandes A partir del siglo II, el cristianismo empezó a celebrar la fiesta de la Pascua de resu-
conquistadores montado en un caballo, sino en un pollino de asna, es decir viene en hu- rrección; después se añadieron la de Navidad y Pentecostés. Este es el orden de im-
millación. Cuando haya realizado su obra y marche al cielo, volverá y lo hará según el portancia que adquirieron durante mucho tiempo. Incluso la fiesta de la Pascua fue
lenguaje simbólico de Apocalipsis montado sobre un caballo blanco. Por tanto, en el pór- objeto de controversia, porque las iglesias occidentales entendían que debían recor-
tico de la semana de pasión, debemos destacar la magnitud de sus sufrimientos que cul- darse los días de la semana de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, mientras las
minarían en la cruz del Calvario. Sin saberlo, los judíos que clamaban ¡Hosana!, iglesias orientales entendían que a partir del 14 de Nisán (la Pascua judía) no importaba
emplearon esta palabra correctamente, por cuanto la humillación del Rey era el camino el día de la semana en que cayese. Cuando se produjo el cisma, todavía se estaba dis-
para nuestra salvación como especifica Zacarías al decir que el Rey viene a ti, Justo, cutiendo, de manera que cada parte seguía celebrándolo según sus criterios. Las igle-
salvador, humilde. Pero hay un segundo aspecto que destaca en las dos profecías: la sias nacidas de la Reforma mantuvieron la tradición occidental. Sin embargo, algo ha
estrecha relación entre los términos Señor y Rey (v.13). En primer lugar, el Señor en cambiado en el siglo pasado. La gran fiesta cristiana por excelencia era la Pascua de
cuyo nombre viene Jesús, en el salmo 118 es Yahweh, por tanto, se trata del Mesías Resurrección, produciéndose un desplazamiento hacia la Navidad, dando mayor rele-
prometido. Ahora, Jesús ya no impide que le declaren Mesías públicamente, porque vancia a la encarnación que a la Semana Santa, la cual se ha convertido en unas va-
había llegado su hora. Pero he aquí que la iglesia, como atestigua el NT, empezó muy caciones de primavera. El mayor auge de las iglesias pentecostales ha motivado en
pronto a llamar a Jesús con el título Señor. La idea de la soberanía de Cristo existía Europa la celebración multitudinaria de la Pascua de Pentecostés con grandes con-
vinculada a la fe en su glorificación y en su presencia en el seno de la iglesia reunida centraciones.
para el culto: Maranatha (Señor nuestro ven). Esta idea se vio reforzada cuando el culto
imperial obligaba a la adoración del César como Señor y los cristianos se negaban, Conclusión
hasta el punto de pagar algunos con su muerte, porque para ellos no había otro Señor La mayoría de nosotros recordamos cada semana a Jesús como Rey montado en un
que Cristo. El título Rey, es una variante del título Señor y se trata de la soberanía que pollino de asna, en humillación. Hacemos memoria de su obra en la cruz, de su resu-
Cristo ejerce desde su resurrección. Si queremos hacer una distinción entre ambos tí- rrección y también de su regreso glorioso para establecer su reino eterno. Nos acor-
tulos, podríamos decir que Rey subraya más vigorosamente la soberanía de Jesús damos de la salvación que nos ha dado por gracia, del perdón de los pecados y de la
sobre su iglesia y Señor su soberanía sobre el universo, sobre la creación entera, visi- vida eterna. Asimismo, de todas las bendiciones espirituales que hemos recibido. Sin
ble e invisible, pero en realidad son términos intercambiables. embargo, ¿cómo vivimos la realeza y el señorío de Jesús sobre nuestra vida?
Los seguidores del Rey Pedro Puigvert
En este texto encontramos tres clases de seguidores de Jesús: en primer lugar están
el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
las grandes multitudes de peregrinos que se acercaban en grupos a Jerusalén, con mo- el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
tivo de la fiesta de la Pascua, que tenían referencias de Jesús y se unieron a su grupo. sino para servir, y para dar su vida
sino para servir, y para dar su vida
No debe confundirse con la multitud de Juan 12: 9. El tono de alegría es evidente, con- en rescate por muchos.
firmado por las ramas de palmera que es el emblema de la fuerza, la hermosura y la ale- en rescate por muchos.
gría además de la salvación. En segundo lugar, estaba el grupo de gente que había
salido a recibirle porque se interesaba por los acontecimientos espectaculares, más
que por la persona de Jesús. Eran los entusiastas ávidos de ver milagros, una especie
de fans que querían ver al personaje de moda. En tercer lugar, tenemos a los que daban
testimonio de la resucitación de Lázaro y estaban presentes con Jesús. En el fondo, la
Mateo 20:28
Mateo 20:28