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Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre. |
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¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos? |
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No des a las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. |
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No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra; |
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No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los afligidos. |
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Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo. |
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Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más. |
| 8 |
Abre tu boca por el mudo En el juicio de todos los desvalidos. |
| 9 |
Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y del menesteroso. |
| 10 |
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. |
| 11 |
El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias. |
| 12 |
Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida. |
| 13 |
Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos. |
| 14 |
Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos. |
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Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas. |
| 16 |
Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos. |
| 17 |
Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos. |
| 18 |
Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche. |
| 19 |
Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca. |
| 20 |
Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso. |
| 21 |
No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles. |
| 22 |
Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido. |
| 23 |
Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. |
| 24 |
Hace telas, y vende, Y da cintas al mercader. |
| 25 |
Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir. |
| 26 |
Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua. |
| 27 |
Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde. |
| 28 |
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: |
| 29 |
Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. |
| 30 |
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. |
| 31 |
Dadle del fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos. |