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[Salmo de Asaf.] Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. |
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En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. |
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Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. |
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Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. |
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No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres. |
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Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia. |
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Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. |
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Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. |
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Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra. |
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Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos. |
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Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? |
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He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. |
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Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia; |
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Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas. |
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Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría. |
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Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí, |
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Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos. |
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Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. |
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¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores. |
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Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia. |
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Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas. |
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Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. |
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Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. |
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Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. |
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¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. |
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Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. |
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Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. |
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Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras. |