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[Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová.] La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos. |
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Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida. |
| 3 |
Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. |
| 4 |
Medita maldad sobre su cama; Está en camino no bueno, El mal no aborrece. |
| 5 |
Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. |
| 6 |
Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas. |
| 7 |
¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. |
| 8 |
Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. |
| 9 |
Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz. |
| 10 |
Extiende tu misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos de corazón. |
| 11 |
No venga pie de soberbia contra mí, Y mano de impíos no me mueva. |
| 12 |
Allí cayeron los hacedores de iniquidad; Fueron derribados, y no podrán levantarse. |