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Ahora, pues, da voces; ¿habrá quien te responda? ¿Y a cuál de los santos te volverás? |
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Es cierto que al necio lo mata la ira, Y al codicioso lo consume la envidia. |
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Yo he visto al necio que echaba raíces, Y en la misma hora maldije su habitación. |
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Sus hijos estarán lejos de la seguridad; En la puerta serán quebrantados, Y no habrá quien los libre. |
| 5 |
Su mies comerán los hambrientos, Y la sacarán de entre los espinos, Y los sedientos beberán su hacienda. |
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Porque la aflicción no sale del polvo, Ni la molestia brota de la tierra. |
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Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción. |
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Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendaría a él mi causa; |
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El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número; |
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Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, Y envía las aguas sobre los campos; |
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Que pone a los humildes en altura, Y a los enlutados levanta a seguridad; |
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Que frustra los pensamientos de los astutos, Para que sus manos no hagan nada; |
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Que prende a los sabios en la astucia de ellos, Y frustra los designios de los perversos. |
| 14 |
De día tropiezan con tinieblas, Y a mediodía andan a tientas como de noche. |
| 15 |
Así libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, Y de la mano violenta; |
| 16 |
Pues es esperanza al menesteroso, Y la iniquidad cerrará su boca. |
| 17 |
He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso. |
| 18 |
Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; Él hiere, y sus manos curan. |
| 19 |
En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal. |
| 20 |
En el hambre te salvará de la muerte, Y del poder de la espada en la guerra. |
| 21 |
Del azote de la lengua serás encubierto; No temerás la destrucción cuando viniere. |
| 22 |
De la destrucción y del hambre te reirás, Y no temerás de las fieras del campo; |
| 23 |
Pues aun con las piedras del campo tendrás tu pacto, Y las fieras del campo estarán en paz contigo. |
| 24 |
Sabrás que hay paz en tu tienda; Visitarás tu morada, y nada te faltará. |
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Asimismo echarás de ver que tu descendencia es mucha, Y tu prole como la hierba de la tierra. |
| 26 |
Vendrás en la vejez a la sepultura, Como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo. |
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He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así; Oyelo, y conócelo tú para tu provecho. |